Reseña: Belzhar (Meg Wolitzer)

En Belzhar puedes encontrar lo que perdiste. 

Si la vida fuera justa, Jam aún viviría en su casa en Nueva Jersey y pasaría el tiempo con Reeve, su encantador novio inglés. Pero de ningún modo estaría en El Granero, un lejano internado para jóvenes "emocionalmente frágiles y sumamente inteligentes". Esta escuela especial es conocida por una selecta y extraordinaria asignatura llamada Temas Especiales de la Literatura, que se centra totalmente en un solo escritor, en una sola novela. Pero la vida no es justa. Reeve partió hace un año y Jam aún lo está llorando. Pero algo cambia cuando es elegida para cursar la asignatura exclusiva, donde se analizará La campana de cristal, de Sylvia Plath. Además, debe escribir un diario que la transporta a un extraño lugar, en el cual puede revivir hechos clave. Es hora de enfrentar la verdad y resolver su pasado. ¿Logrará superar sus traumas? 

La identificación con un personaje, con la historia o con alguna situación específica es un elemento clave para que se lleve a cabo la conexión con un libro. En lo que respecta a mi experiencia personal, cuando vi Belzhar en la librería y me tomé unos segundos para leer la sinopsis, lo primero en lo que mi mente hizo hincapié fue la referencia a personajes emocionalmente frágiles. A partir de ese momento supe que debía leerlo, que las páginas de ese libro ocultaban un mensaje importante. Y fue así.

Belzhar es una novela juvenil escrita por Meg Wolitzer que habla de temas realmente muy profundos y delicados. Fragilidad, inestabilidad emocional, marginalidad, traumas no superados, la pérdida de un ser querido y un sin fin de sustantivos que puedan llegar a nombrar algún padecimiento que altere nuestra salud mental. Y el mensaje que se intenta transmitir se vuelve aún más difícil cuando agregamos un adolescente a la ecuación. Ni qué decir cuando son varios. Un grupo, o más bien un colegio especial. 

Wolitzer nos propone como protagonista a Jam, una adolescente promedio, que padece una inestabilidad emocional, algo que a simple vista resulta aceptable, dado que muy recientemente perdió físicamente a su novio y es algo que le cuesta superar. Lógico ¿no? Llevaban un tiempo saliendo, estaban muy enamorados y de un momento a otro él desaparece del plano terrenal dejándola completamente desahuciada y en estado de shock. Para Jam es imposible reincorporarse a la vida normal y por este motivo ingresa a una escuela totalmente alejada de la ciudad, una institución llamada El Granero, en donde se reciben alumnos con diversos tipos de problemas emocionales y psicológicos. Allí les ofrecen una educación no convencional, donde las materias son diferentes, los profesores no encajan con ningún estereotipo y los alumnos se sienten más contenidos. 

Jam no tiene ninguna expectativa con este cambio prácticamente radical en su vida. Compañeros nuevos, un entorno diferente al que conocía, el salir de su zona de comfort. Se encuentra frente a una nueva etapa en su vida a la que puede hacer frente gracias a una materia llamada "Temas especiales de la literatura". Es una asignatura muy particular que ha sido adaptada para éstos alumnos "emocionalmente frágiles" y que va a jugar un papel importantísimo tanto en la vida de Jam, como en la de sus compañeros e incluso en la del lector. 

Cada año se trabaja en la asignatura con un libro y un autor en particular. Uno sólo. Y para el año en que ingresa Jam deciden analizar la obra de Sylvia Plath, poniendo énfasis en La campana de cristal. Es una novela muy significativa ya que Plath plasma en ella sus vivencias personales y relata paso a paso como la depresión se apodera de su vida. En este sentido los alumnos se conectan inevitablemente con el libro, del que sacaran provecho. 

De forma paralela a la autora a analizar, la profesora les facilita un cuaderno en el que deberán escribir sus pensamientos, recuerdos y vivencias, a modo de diario íntimo. Otro trozo de papel que será transcendental para la historia y para el rumbo que tomará la vida de cada uno de los integrantes de la asignatura, incluída Jam.

La escritura de Wolitzer es atrapante. Nos regala un libro completamente llevadero y de lectura rápida y adictiva. Su intención es transparente y muy clara. Sabe perfectamente lo que quiere expresar y cómo hacerlo. Es una autora prolija y directa, muy emocional pero que sabe ir al grano si demasiados rodeos. 

Cada uno de los personajes es un mundo, tanto interna como externamente. El trabajo de Wolitzer es impecable. Ha construido a cada uno de ellos de manera voluminosa e interesante. No hay estereotipos, cada uno brinda encanto a su manera y página a página nos abren camino hacia aspectos inimaginables de sus vidas. Es gente real con problemas reales, algo que resulta poco convincente e irreal para quien no ha vivido en carne propia algún tipo de enfermedad emocional. Esto se intensifica ya que la autora propone la integración del elemento mágico en la historia, un ingrediente casi onírico podría decir, que no hace otra cosa más que metaforizar el estado mental de los personajes. Es lo que transforma la historia en algo aún más real y vívido para el lector que logra identificarse con ésto, y en algo irreal y fantástico para quien lo ve desde afuera. Me atrevo a decir que son las dos caras de una moneda. Un mismo libro para dos lectores diferentes. Es cuestión de abrir el libro y averiguar de qué lado estamos. Un día respiramos aire puro y al otro día, sin previo aviso, podemos encontrarnos encerrados dentro de una campana de cristal, respirando nuestro propio aire viciado, como una vez dijo Plath. Lo importante es saber que no estamos solos.

 Belzhar es un lugar donde se puede encontrar comprensión, contención y una segunda oportunidad. 

"Yo siento que fui a un lugar adonde van las personas que no pueden aceptar la realidad, porque es demasiado deprimente."

MI CALIFICACIÓN