martes, 31 de octubre de 2017

Reseña: El odio que das (Angie Thomas)


Título: El odio que das
Autor: Angie Thomas
Publicación original: 2017
Editorial: Océano Gran Travesía

Starr es una chica de dieciséis años que vive entre dos mundos: el barrio pobre de gente negra donde nació, y su escuela situada en un elegante barrio residencial blanco. El difícil equilibrio entre ambos se hace añicos cuando ella es testigo de la muerte a tiros de su mejor amigo, Khalil, a manos de un policía. A partir de ese momento, todo lo que Starr diga acerca de la aterradora noche que cambió su vida podrá ser usado de excusa por unos y como arma por otros. Y lo peor de todo es que, tanto los de un lado como los de otro, la tienen en el punto de mira y amenazan con poner en riesgo su vida.


Una pequeña biblioteca puede estar conformada por un centenar de mundos nuevos, personajes con los más diversos ideales y un sin fin de problemáticas. Ahora imaginen el contenido de todos los libros que han visto la luz. Tan amplio como el mismo mundo ¿no? Así mismo es probable que no todas las temáticas que abordan provoquen el mismo efecto en un lector que en otro, muchas veces dependiendo de su ubicación geográfica. Tal como podríamos ser transportados desde un área cálida y tropical a regiones polares con tan solo pasar páginas, o librar escabrosas y sangrientas batallas en la comodidad de nuestro sofá, es posible que lleguen a nuestras manos un poco de tinta que nos hable de los conflictos que viven a diario sociedades con una realidad muy diferente a la nuestra. Es por ello que muchas veces, aunque se corra la voz, ciertos temas no transcienden de la manera en la que deberían hacerlo.


La historia de Angie Thomas busca reflejar desde la verosimilitud los sucesos que llevaron a conformar el movimiento Black lives matter, el cual lucha por las injusticias sociales cometidas en perjuicio de las comunidades afroamericanas. En este punto se habla de discriminación racial, y aunque en nuestra sociedad ésto no tiene la misma dimensión que en Estados Unidos, la discriminación por sí sola es un asunto mundial, y como ciudadanos globales, es un tema que nos compete a todos.

Lo peor de los dos mundos. Starr es una adolescente que vive en Garden Heights, un barrio afroamericano de bajos recursos que es base para la delincuencia y el narcotráfico. La existencia en aquel lugar se dificulta día a día y el peligro acecha a cada uno de los miembros de la comunidad. Cuando Starr era apenas una niña, su mejor amiga murió baleada a manos de un delincuente cuando jugaban en la calle. Este suceso fue el motivo desencadenante para un cambio importante en la vida de Starr, ya que sus padres deciden cambiarla de colegio y enviarla a un instituto de una zona residencial donde los alumnos afroamericanos son contados con los dedos de una mano, entre los que se incluyen sus hermanos, Seven y Sekani. Pero el equilibrio que ha logrado construir entre ambas realidades atenta con desmoronarse cuando Khalil, su mejor amigo, muere asesinado por un policía blanco, siendo ella el único testigo del hecho. ¿Alzará su voz o se desentenderá para evitar correr riesgos?

Blanco y negro. A pesar de ser mundos completamente opuestos, con realidades que difieren en gran escala, la discriminación forma parte de ambos. Blancos discriminando a negros y negros discriminando a blancos. Ninguno es santo. La única diferencia, y la cual complica la existencia de las personas afroamericanas, reside en la desigualdad racial en el sistema de justicia penal de los Estados Unidos. ¿Recuerdan el clásico Matar un ruiseñor de Harper Lee? Efectivamente es una problemática que se ha puesto en tela de juicio a lo largo de la historia de la literatura y que, lamentablemente, sigue tan vigente como antaño. 

El doble discurso de la protagonista. Existe una actitud en Starr que me provoca ganas de desterrarla de Garden Heights y de todo el libro. Su decisión de invalidar su genuina y auténtica personalidad, la que está en su sangre y la conecta con su familia y con su comunidad, para crear una doble identidad que le permite encajar en el colegio, al menos en su opinión. Entonces, para ver las dos caras de la moneda, Angie Thomas le dio a Starr una construcción muy compleja y realista. En el ambiente escolar niega en repetidas ocasiones su conexión con el "ghetto" pero al mismo tiempo reniega de las actitudes despectivas de sus amigos blancos hacia su gente, cuando ella misma emite cada dos por tres juicios de valor. Es lógico que cuando leemos una historia que lleva encima una crítica social, uno espera encontrar personajes que al final de la misma nos edifiquen un poco, pero en éste caso la protagonista, quien se supone heroína de ésta historia, causa indignación con sus actitudes, pero debemos entender que no es perfecta, es real. Ésto conecta directamente con el título del libro: THUG o The hate u give little infants f'***s everybody (El odio que das a los niños nos j*** a todos). Aquello conocido como Thug life se ha usado como referencia a la vida violenta o criminal, pero hacia los años '90 el rapero Tupac Shakur utilizó el acrónimo como estandarte de su activismo a favor de los derechos de los afroamericanos. En las sociedades donde el color de piel importa más que la persona, los niños crecen inevitablemente en un ambiente hostil, inseguro y opresivo y con el paso de los años deben hacer frente a ello.





Una voz, un arma. El discurso de la autora no justifica en ninguna medida, en absoluto, que se pueda responder a la discriminación con más discriminación, ni a la violencia con más violencia, pero en cada sociedad hay una realidad de las que pocos se animan a hablar y exponer. Angie Thomas no está creando valores (no explícitamente) ni ilustrando un comportamiento social utópico, sino que se avocó a exponer la realidad por la que pasan miles y miles de personas afroamericanas que residen en los Estados Unidos. Una vez más, la violencia no tiene justificación, pero toda acción conlleva una reacción. Si das odio no esperes recibir amor. Y no se trata de si es un mensaje correcto o incorrecto el que se transmite, porque no hablamos de pagar con la misma moneda en cuestiones de orgullo, sino porque lo que está en juego son vidas humanas y los derechos de cada una de ellas.  Aún así es probable que algunos crean que no es un buen mensaje para transmitir, pero francamente yo lo prefiero así, que la realidad no sea tapada con situaciones ideales e ilusorias, porque si eso sucediera, se apagaría no sólo una voz, sino miles de ellas. 

Es probable que muchas personas necesiten un mensaje explícito que implique la integración de valores como la tolerancia. Si las actitudes que tienen ciertos personajes están mal y logran molestarte y que las cuestiones, date por hecho que el mensaje se transmitió de la misma manera como si lo hubiera hecho una protagonista justa y benévola con la que hubieras correspondido. Si el mensaje que transmite Angie Thomas fuera incorrecto, entonces deberías haberte sentido, no bien, pero sí justificado ante las situaciones racistas. Entonces, dime tu reacción y te diré si el mensaje fue efectivo.

Y hubiera resultado magnífico que el relato nos presentara un final más catártico, que nos tomara de la mano y nos dijera "está todo bien, aprendimos la lección y no volverá a suceder". En El odio que das los personajes tienden a recurrir a la "justicia por mano propia" y esto ha inquietado a muchísimos lectores. Pero si la autora hubiera movido los hilos de los personajes a su gusto y antojo, no estaría siendo sincera con la realidad a la que se enfrentan las comunidades afroamericanas. La autora se vale de su autenticidad y en lugar de conformar al lector, mantiene la verosimilitud hasta la última página. Quizás lo que no nos guste no sea el libro, sino nuestra actitud como sociedad, a la que nos hace falta madurar mucho más que a la propia Starr.

En cuanto a la escritura, es difícil hablar de plumas cuando lo que leemos es una traducción, pero puedo hablarles del estilo del relato de Thomas. Su prosa es simple y directa, siempre trabajada desde la verosimilitud, aunque esto signifique sacar los trapitos al sol de varios personajes. Y aunque es absolutamente ameno y llevadero, es posible que algunas secuencias se extienden más de lo necesario, es decir, algunas cosas podrían compactarse y funcionarían igual, lo que nos deja un poco de relleno. Pero en este sentido no soy tajante porque es cuestión de gustos.

Les recomiendo mucho El odio que das no sólo por su temática, sino por haber demostrado en la comunidad de (jóvenes) lectores su capacidad de generar opiniones tan diversas y constituir un nutritivo material de debate.


"Desde muy pequeña aprendí que la gente se equivoca, y tienes que decidir si sus errores son más grandes que tu amor por ellos."


MI CALIFICACIÓN


Ejemplar: gentileza de Editorial Océano


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