¡Año nuevo, metas nuevas! ¿Dijo quién? La verdad es que cada año que armé una lista con resoluciones a cumplir, no pude menos que sentir fracaso al no poder ser constante. No logré leer un clásico cada mes o dejar de acumular pendientes ni mucho menos llevar un ritmo decente con mi bullet journal. Así que para este año, luego de meditarlo y redefinir mis prioridades, lo cual era necesario para poner orden al caos que vengo arrastrando año a año en el blog, decidí enfocarme en la lectura. Parece una obviedad, pero al ir directamente al foco del problema, descubrí que estaba subestimando el momento que destinaba a la lectura. Para ser sinceros, no le dedicaba NADA de tiempo. Todo lo que leí durante el año se lo debo a mi toc de llevar siempre un libro conmigo a donde sea que vaya. Así que para leer más y mejor, es decir, sin enfocarme tanto en cifras o listas, sino simplemente disfrutar de cada historia y devorar páginas y páginas como toda una fangirl, me he propuesto trabajar en pequeños y esenciales hábitos de lectura. Y allí van.
#1 Encontrar en casa y fuera de ella un lugar cómodo y tranquilo para leer
Hay dos situaciones en las que leo fuera de casa. Camino al trabajo, el cual resumo en tres horas diarias arriba de colectivos o bien, en la sala de espera de médicos varios. En base a esto, me encantaría dejar de leer solo en los tiempos muertos y hacerme un pequeño espacio, de vez en cuando, un fin de semana quizás, y programar una salida a cualquier lugar, simplemente para leer. ¿No sería lindo salir de casa y decir "Ya vuelvo, me voy al parque a leer un rato"? Creo que convertiría a la lectura en una actividad doblemente saludable si le sumamos un poco de aire libre, nuevos sonidos y un poquito de exclusividad en nuestras salidas.
Por otro lado, seguramente todos tenemos un lugar en casa al que siempre recurrimos cuando queremos leer. En mi caso, mi lugar predilecto es mi habitación. El problema es que no siempre es tan cómoda y tranquila para leer. A pesar de disfrutar de la comodidad de mi cama, el desorden del día puede perjudicar nuestra percepción de bienestar, así como otros pequeños factores como leer con la luz central por no levantarse a apagarla y prender en cambio la luz del velador o dejar que los sonidos del resto de la casa nos distraigan constantemente por olvidarnos cerrar la puerta. Sé que parecen nimiedades y, de hecho, lo son, pero si prestamos atención a los detalles nuestra experiencia de lectura puede mejorar en un cien por ciento. Y eso nos lleva al siguiente punto.
#2 Crea el momento
Así como simplemente nos tiramos un momento (u horas) en la cama o en el sofá a leer, podríamos componer una deliciosa escena que estimule aún mucho más nuestros sentidos. ¿Qué me dicen de prender una vela aromática? En el mercado hay un sinfín de opciones en lo que refiere a velas literarias (para lectores bien fans). También podemos poner de fondo una música tranquila, relajante y que ayude a crear el clima. Incluso pueden crear una playlist en Spotify o encontrar otras hechas por lectores o por los propios autores inspirada en el libro eque estamos leyendo. En cuanto a esto tengo una larga lista que incluye una buena taza de té (o café para quien lo prefiera), snacks dulces o salados y más, lo que me da una buena idea para un post aparte, el cual podría preparar para el próximo mes o el siguiente.
Este es uno de los hábitos más difíciles de crear, porque las horas del día parecen pasar tan rápido que muchas veces ni siquiera logramos cumplir con las tareas laborales y domésticas. Nuestro gran error es dejarnos engullir por la rutina, porque las tareas nunca terminan, sin importar cuantas horas dispongamos para ello. Siempre habrá ropa para lavar, algo para arreglar o algún mail que enviar. Si las tareas no son imprescindibles y pueden esperar un poco más, les aconsejo abrir un libro y no sentirse culpable por aquello que dejamos de lado, sino más bien verlo como un pequeño mimo que nos damos en el día, un tiempo para hacer una pausa, relajarnos y olvidarnos del estrés diario.
Si querían un tip de supervivencia, están ante él. Para leer más y aburrirse menos, la clave es salir a todos lados con un libro. A veces no es muy fácil porque apenas llevamos la billetera en la mano y las llaves en el bolsillo, pero para quienes andan 24/7 con bolso o mochila, se facilita mucho más la cuestión. En mi caso, por mi trabajo uso mochila y la llevo a cuestas todo el día, principalmente porque ahí llevo mi almuerzo, cuadernos, cargador de teléfono y un sinfín de cosas que nunca uso pero me niego a sacar porque el día que lo haga, fija que lo voy a necesitar. Así que obviamente, siempre hay lugar reservado para un libro, o dos, en el caso que sienta que voy a terminar el primero antes de volver a casa. Y cuando recorro distancias más cortas o hago actividades fuera de la rutina y no tengo la necesidad de cargar con la mochi a cuestas, simplemente me llevo una bolsita de tela. Pero pase lo que pase, SIEMPRE salgo con un libro.
#5 Leer sin tecnología
Mi gran perdición. Y bueno, trabajando en un blog y con redes sociales llenas de contenido bookish es imposible no echar una ojeada de vez en cuando... o cada hora, o media, o cada cinco minutos... Abrir Facebook o Instagram para ver si hay alguna novedad de lo que sea, no es tan malo, de hecho se ha convertido en un acto reflejo, pero lo que sí puede llegar a estar mal, principalmente por la cantidad de tiempo que nos consume, es demorarnos quince o veinte minutos CADA VEZ que agarramos el teléfono. En otras palabras, PROCRASTINAR, amigos míos. Les mentiría si les dijera que ayer le dediqué una hora a la lectura, porque al menos quince minutos de ese tiempo no me pude despegar de las redes. Y sí, como eso nos juega en contra sin ser capaces de percibirlo como tal, la última de mis metas en las cuales me enfocaré este año va a ser el desapego de las redes sociales (en las horas de lectura, claro, porque tengo planeado bloguear fuerte). En un par de meses les cuento cuánto más se puede leer si dejamos el celular fuera de alcance.
¿Qué tan importante es la lectura para ustedes? ¿Le dedican tiempo a la actividad o leen cuando pueden?
¡Los leo!
Hooooola hola !!!
ResponderEliminarAy, sin duda amé esta entrada !!! Y QUÉ BELLAS FOTOOOOSSSSSSSS <3 SIN DUDA ESTOY OBSESIONADA CON ESTE POST Y AAFSYDGFUIHJO ES GRANDIOSO !!! Ya mismo voy a difundir esto por todos lados porque ha sido magnífico en todo sentido. MIL GRACIAS POR COMPARTIRNOS TODO ESTO y espero que disfrutes de todo <3
FELIZ 2019 !!! Ojalá que tengas un hermoso año, lleno de cosas buenas en cada aspecto de tu vida, sonrisas y, por supuesto, buenos libros <3 FELIZ AÑO !!!!!!!
Un beso! Nos leemos :D
¡Hola!
ResponderEliminar¡Qué maravilla de entrada! Me encanta cómo has explicado todo y cómo lo has organizado, mezclando fotos y texto... Sin duda, una de las mejores entradas que he leído en mucho tiempo. Ahora dejando de hacer la pelota, he de admitir que de los hábitos que has mencionado no realizo ninguno: por una razón u otra no soy capaz de leer un determinado tiempo diariamente ni llevarme un libro siempre (la mochila del instituto ya pesa demasiado, uff). Yo diría que mis hábitos literarios consisten en leer por la noche (es el único momento donde puedo leer) y terminar un capítulo. Soy incapaz de dejar uno a medias y ponerme a hacer otra cosa.
Gracias por la entrada tan maravillosa y por compartir un pedacito de ti.
Un beso!